La enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios. Se caracteriza por síntomas motores, como lentitud de movimientos, temblores, rigidez y desequilibrio, y por complicaciones no motoras, como deterioro cognitivo, trastornos mentales, trastornos del sueño, dolor y alteraciones sensoriales. Estos síntomas pueden causar discapacidad, limitaciones funcionales y necesidades de atención en las personas afectadas.
La enfermedad de Parkinson suele aparecer entre los 50 y 65 años de edad, aunque también puede afectar a personas más jóvenes. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres . La causa exacta de la enfermedad de Parkinson se desconoce, pero se cree que está relacionada con la degeneración de las células nerviosas en una parte del cerebro llamada sustancia negra, que produce una sustancia química importante llamada dopamina. La dopamina es necesaria para el control del movimiento muscular y la coordinación. Algunos factores ambientales, como los plaguicidas, la contaminación atmosférica y los disolventes industriales, podrían aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson.
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson se basa en la evaluación clínica de los síntomas y la respuesta al tratamiento con medicamentos. No existe una prueba específica que confirme la enfermedad. El tratamiento más eficaz para mejorar los síntomas es el uso de medicamentos que aumenten o sustituyan la dopamina en el cerebro. En algunos casos, se puede recurrir a la cirugía para regular determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas.
Además del tratamiento farmacológico, las personas con enfermedad de Parkinson pueden beneficiarse de otras intervenciones no farmacológicas, como la fisioterapia, la terapia ocupacional, la terapia del habla, la psicoterapia y el apoyo social. Estas terapias pueden ayudar a mejorar el funcionamiento, la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas afectadas y sus cuidadores.
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que puede ser tratada y controlada eficazmente con un abordaje integral e individualizado. Es importante que las personas con esta enfermedad reciban una atención adecuada y oportuna por parte de profesionales sanitarios especializados y que cuenten con el apoyo de sus familiares y de la sociedad.
En Ecuador, no se encuentran datos estadísticos directos sobre esta patología, pero se estima que su prevalencia es menor que en Europa, donde se reportan 180 casos por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, debido al aumento de la población envejecida, se espera que se incrementen los nuevos casos de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Por esta razón, Ecuador es pionero en realizar un estudio a gran escala de la genética del Parkinson en más de 500 pacientes que atiende el Hospital de Especialidades Eugenio Espejo. Este estudio permitirá determinar las mutaciones genéticas que hay en el país y ofrecer un tratamiento más preciso a los pacientes.
Si quieres saber más sobre el Parkinson o necesitas ayuda para cuidar a una persona con esta enfermedad, te recomendamos que contactes con la Fundación Seniors Club, una organización sin fines de lucro que brinda servicios de asistencia domiciliaria, acompañamiento, estimulación cognitiva y actividades recreativas para las personas mayores y sus familias.
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