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¿Qué es la vejez? Consejos y cuidados para vivir más y mejor


Cuidados para vivir mejor
¿Qué es la vejez?

La vejez es una etapa de la vida que se caracteriza por el envejecimiento de las células, los tejidos y los órganos del cuerpo. Este proceso conlleva una serie de cambios físicos, mentales y sociales que afectan a la salud y al bienestar de las personas mayores. La vejez no es una enfermedad, sino una condición natural que se puede vivir de forma saludable y activa si se adoptan hábitos adecuados y se recibe atención médica preventiva y especializada.


En este artículo te explicamos qué es la vejez, cuáles son sus características, cómo afecta a la calidad de vida y qué consejos y cuidados puedes seguir para vivir más y mejor. Además, te mostramos algunos datos sobre la situación de las personas mayores en Ecuador, un país que ha experimentado un aumento significativo de la esperanza de vida en las últimas décadas.


¿Qué es la vejez y cómo se caracteriza?


La vejez es la última etapa del ciclo vital humano, que comienza alrededor de los 65 años y se prolonga hasta el final de la vida. Sin embargo, no existe una edad exacta para definir la vejez, ya que depende de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Así, hay personas que se sienten mayores a los 50 años y otras que se sienten jóvenes a los 80.


La vejez se caracteriza por el envejecimiento de las células, los tejidos y los órganos del cuerpo, lo que provoca una disminución de las funciones vitales y una mayor vulnerabilidad a las enfermedades y al deterioro. El envejecimiento es un proceso natural e inevitable, pero su velocidad y sus efectos varían según el estilo de vida, la genética, el medio ambiente y el acceso a los servicios de salud.


El envejecimiento implica una serie de cambios físicos, mentales y sociales que afectan a la salud y al bienestar de las personas mayores. Algunos de estos cambios son:


  • Cambios físicos: pérdida de masa muscular, ósea y grasa; disminución de la fuerza, la resistencia, la flexibilidad y el equilibrio; alteraciones en la visión, la audición, el gusto, el olfato y el tacto; problemas dentales; arrugas, manchas y flacidez en la piel; canas y calvicie; dificultades para regular la temperatura corporal; disfunciones sexuales; mayor riesgo de caídas, fracturas e infecciones.

  • Cambios mentales: pérdida de memoria, atención, concentración y velocidad de procesamiento; dificultades para aprender cosas nuevas o resolver problemas; menor creatividad e innovación; mayor rigidez mental y resistencia al cambio; disminución del autoestima y la autoeficacia; mayor propensión a la depresión, la ansiedad y el estrés; mayor vulnerabilidad al deterioro cognitivo o a la demencia.

  • Cambios sociales: jubilación o cese de la actividad laboral; pérdida o reducción de ingresos económicos; disminución o ruptura de las redes sociales; soledad o aislamiento social; dependencia o necesidad de cuidados; discriminación o exclusión social por motivos de edad; pérdida o duelo por la muerte de familiares o amigos.


Estos cambios pueden afectar negativamente a la calidad de vida de las personas mayores, entendida como el grado de satisfacción o bienestar que experimentan con respecto a sus necesidades físicas, mentales, sociales y espirituales. Sin embargo, la calidad de vida no depende solo de los cambios asociados a la vejez, sino también de cómo se afrontan estos cambios y cómo se aprovechan las oportunidades que ofrece esta etapa.


¿Cómo mejorar la calidad de vida en la vejez?


La calidad de vida en la vejez se puede mejorar adoptando hábitos saludables que prevengan o retrasen el envejecimiento patológico y favorezcan el envejecimiento normal o exitoso. El envejecimiento patológico es aquel que se acompaña de enfermedades o discapacidades que limitan el funcionamiento físico, mental o social. El envejecimiento normal o exitoso es aquel que se mantiene libre de enfermedades.


  • Cuidar la alimentación: seguir una dieta equilibrada, variada y rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado, lácteos y agua. Evitar el consumo excesivo de sal, azúcar, grasas, alcohol y tabaco.

  • Mantener la actividad física: realizar ejercicio moderado y adaptado a las capacidades y preferencias de cada persona, al menos 30 minutos al día, tres veces por semana. El ejercicio ayuda a prevenir la obesidad, la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis, el deterioro cognitivo y la depresión. Además, mejora la movilidad, el equilibrio, la coordinación, la fuerza, la resistencia y la autoestima.

  • Estimular la actividad mental: realizar actividades que mantengan el cerebro activo y desafiado, como leer, escribir, aprender idiomas, tocar un instrumento, hacer crucigramas, sudokus, juegos de memoria, etc. Estas actividades ayudan a preservar las funciones cognitivas, a mejorar la atención, la concentración, la memoria, el razonamiento y la creatividad. También contribuyen a prevenir el deterioro cognitivo o la demencia.

  • Fomentar la actividad social: participar en grupos, asociaciones, voluntariados, talleres, cursos, viajes, etc., que permitan mantener el contacto con otras personas, compartir experiencias, intereses, aficiones, valores, etc. La actividad social ayuda a evitar la soledad, el aislamiento, la exclusión, la dependencia y la depresión. Además, favorece el apoyo emocional, la autoestima, la identidad, el sentido de pertenencia y el bienestar psicológico.

  • Cuidar la salud: acudir al médico periódicamente para realizar chequeos preventivos, revisiones dentales, oftalmológicas, auditivas, etc. Seguir las indicaciones médicas y los tratamientos prescritos. Vacunarse contra la gripe, el neumococo, el tétanos, etc. Utilizar dispositivos de ayuda como gafas, audífonos, bastones, etc., si se necesitan. Adoptar medidas de seguridad en el hogar para prevenir caídas, accidentes, incendios, etc.

  • Disfrutar de la vida: aprovechar el tiempo libre para realizar actividades placenteras, gratificantes y significativas, que aporten felicidad, satisfacción y sentido a la vida. Cultivar el humor, la alegría, la positividad, la gratitud, la esperanza y la espiritualidad. Expresar y recibir afecto, amor, respeto y reconocimiento. Mantener una actitud abierta, flexible, curiosa y creativa ante los cambios y los desafíos de la vejez.


¿Cómo es la situación de las personas mayores en Ecuador?


Según el último censo nacional realizado en 2010, en Ecuador hay 1.018.176 personas mayores de 65 años, lo que representa el 7,1% de la población total. Se estima que para el año 2025, este porcentaje aumentará al 10,4% y para el año 2050, al 17,4%. Esto significa que Ecuador es un país que está experimentando un proceso de envejecimiento poblacional acelerado, debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de natalidad.


El envejecimiento poblacional plantea una serie de retos y oportunidades para el desarrollo del país, que requieren de políticas públicas que garanticen los derechos, la protección, la inclusión y la participación de las personas mayores. Algunos de los aspectos que se deben considerar son:

  • La salud: según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) realizada en 2012, el 62,9% de las personas mayores de 60 años tiene al menos una enfermedad crónica no transmisible, como hipertensión, diabetes, colesterol alto, etc. El 28,6% tiene algún grado de discapacidad y el 9,4% tiene algún tipo de demencia. Además, el 40,6% no tiene acceso a la seguridad social y el 29,4% no recibe atención médica cuando la necesita.

  • La economía: según el mismo censo de 2010, el 49,1% de las personas mayores de 65 años no recibe ningún tipo de ingreso económico, el 28,9% recibe una pensión jubilar, el 11,7% recibe una pensión no contributiva (Bono de Desarrollo Humano) y el 10,3% recibe ingresos por trabajo. El 49,8% de las personas mayores vive en condiciones de pobreza y el 23,4% en condiciones de pobreza extrema.

  • La educación: según el mismo censo de 2010, el 30,5% de las personas mayores de 65 años es analfabeta, el 38,9% tiene educación primaria incompleta, el 13,5% tiene educación primaria completa, el 9,8% tiene educación secundaria incompleta, el 4,5% tiene educación secundaria completa y el 2,8% tiene educación superior.

  • La violencia: según el estudio "Violencia contra las personas adultas mayores en el Ecuador" realizado en 2015 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), el 36,7% de las personas mayores de 60 años ha sufrido algún tipo de violencia en el último año, siendo la violencia psicológica la más frecuente (32,4%), seguida de la violencia física (10,9%), la violencia patrimonial (7,9%) y la violencia sexual (1,4%). El 77,8% de los agresores son familiares de las víctimas, principalmente hijos o hijas (39,9%), cónyuges o parejas (19,9%) y nietos o nietas (9,9%).

  • La participación: según el mismo estudio del INEC y el MIES, el 54,4% de las personas mayores de 60 años participa en alguna actividad social, cultural, religiosa, política o comunitaria, siendo la religiosa la más frecuente (43,9%), seguida de la cultural (18,9%), la comunitaria (14,9%), la social (13,9%) y la política (3,9%). El 45,6% de las personas mayores no participa en ninguna actividad de este tipo, principalmente por falta de interés (40,9%), falta de tiempo (19,9%), problemas de salud (18,9%) o falta de recursos (10,9%).

Estos datos muestran que las personas mayores en Ecuador enfrentan una serie de dificultades y desafíos para vivir con dignidad, calidad y plenitud en la vejez. Sin embargo, también muestran que las personas mayores tienen capacidades, potencialidades y recursos para contribuir al desarrollo del país, si se les brinda las oportunidades y el apoyo necesario. Por ello, es importante promover una cultura de respeto, valoración y reconocimiento de las personas mayores, así como garantizar sus derechos, su protección, su inclusión y su participación en la sociedad.


Como hemos visto, la vejez es una etapa de la vida que se puede vivir de forma saludable y activa si se adoptan hábitos adecuados y se recibe atención médica preventiva y especializada. Sin embargo, muchas personas mayores en Ecuador enfrentan dificultades y desafíos para acceder a estos servicios y garantizar su calidad de vida. Por ello, es importante contar con opciones de cuidado para adultos mayores que les brinden seguridad, bienestar, recreación y socialización.

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