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Importancia de la nutrición en Adultos Mayores



La nutrición en el adulto mayor es un tema de vital importancia para la salud y el bienestar de este grupo poblacional. Una adecuada nutrición puede prevenir o retrasar la aparición de enfermedades crónicas, mejorar la calidad de vida y prolongar la esperanza de vida. Sin embargo, existen diversos factores que pueden afectar el estado nutricional de los adultos mayores, como el nivel socioeconómico, la depresión, el sedentarismo y la anemia. En Ecuador, el 7.2% de la población corresponde a adultos mayores, los cuales son considerados como parte de la población vulnerable dentro de la Constitución. Los diversos problemas de nutrición que presenta este grupo poblacional por falta de acceso a alimentos seguros, saludables y frescos pueden generar malnutrición, ya sea por déficit o por exceso. Según la Encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) realizada en Ecuador en 2010, el estado nutricional en el adulto mayor ecuatoriano se sitúa en su mayoría con individuos dentro de los rangos de sobrepeso con un 39.5%, seguido de un 38.3% de adultos mayores incluidos en el rango normal y un 22.2% con desnutrición. Para enfrentar esta situación, el Ministerio de Salud Pública presentó en 2018 el Plan Intersectorial de Alimentación y Nutrición Ecuador 2018-2025 (PIANE), que tiene como objetivo fundamental alcanzar una adecuada nutrición durante todo el ciclo de vida, brindando atención integral y generando mecanismos de corresponsabilidad entre todos los niveles de gobierno, ciudadanía y sector privado; en el marco de intervenciones intersectoriales que incidan sobre los determinantes sociales de la salud. El PIANE se deriva de ocho líneas para la intervención intersectorial, entre ellas: asegurar la atención integral en salud y nutrición en todos los niveles; fomentar y proteger la lactancia materna y alimentación complementaria adecuada; generar y fortalecer las intervenciones de promoción de la salud que fomentan estilos de vida saludables y mejoran hábitos alimenticios; contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria. Como parte de estas acciones, es importante que los adultos mayores reciban educación nutricional enfocada en sus necesidades, tradiciones y costumbres locales, para que puedan elegir alimentos variados, balanceados y nutritivos que cubran sus requerimientos energéticos y nutricionales. Algunas recomendaciones generales son: consumir al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras frescas; preferir cereales integrales, leguminosas y tubérculos como fuentes de carbohidratos; incluir alimentos proteicos como carnes magras, pescado, huevos, lácteos y frutos secos; limitar el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y sal; beber suficiente agua e infusiones naturales; evitar el alcohol y el tabaco; realizar actividad física moderada al menos 30 minutos al día; consultar periódicamente al médico y al nutricionista para un adecuado control y seguimiento. La nutrición en el adulto mayor es un derecho humano que debe ser garantizado por el Estado y la sociedad. Sin embargo, también es una responsabilidad individual que implica tomar decisiones informadas sobre lo que se come y cómo se vive. Los adultos mayores deben ser conscientes de lo importante que es cuidar su alimentación para mantenerse sanos y activos. Asimismo, deben contar con el apoyo familiar y comunitario para facilitar su acceso a los alimentos y servicios de salud. En caso de que no haya apoyo en casa o se complica su situación, deben buscar espacios especializados como Fundación Seniors Club, donde recibirán una atención integral y personalizada que les permitirá disfrutar de su vejez con dignidad.

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