El envejecimiento es un proceso natural que afecta a todas las personas, pero que puede tener consecuencias negativas para la salud, la calidad de vida y la autonomía de nuestros padres. Como hijos, podemos contribuir a que este proceso sea más saludable y satisfactorio para ellos, siguiendo algunas recomendaciones que se basan en estudios científicos y datos del contexto ecuatoriano.
En este artículo, te compartimos algunos consejos prácticos para cuidar de la salud física, mental y emocional, y de la seguridad de nuestros padres mayores, y así favorecer su envejecimiento sano. Estos consejos son:
En primer lugar, es importante fomentar el cuidado de la salud física de nuestros padres, animándoles a realizar revisiones médicas periódicas, a seguir una alimentación equilibrada y variada, a hidratarse adecuadamente y a evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias nocivas. También es conveniente que practiquen algún tipo de actividad física adaptada a sus capacidades y preferencias, que les ayude a fortalecer sus músculos, huesos y articulaciones, a mejorar su circulación sanguínea y su capacidad respiratoria, y a prevenir o reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o las cardiopatías. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ejercicio físico regular puede reducir hasta en un 50% el riesgo de desarrollar demencia o deterioro cognitivo.
En segundo lugar, debemos apoyar el cuidado de la salud mental y emocional de nuestros padres, estimulando su participación en actividades sociales, culturales y recreativas que les permitan mantener el contacto con otras personas, expresar sus opiniones e intereses, aprender cosas nuevas y disfrutar de su tiempo libre. Asimismo, es fundamental que les brindemos nuestro afecto, comprensión y respeto, que les escuchemos con atención y empatía, que les ayudemos a resolver los problemas que puedan surgir y que les reconozcamos sus logros y capacidades. De esta manera, contribuiremos a mejorar su autoestima, su bienestar psicológico y su estado de ánimo. Un estudio realizado en Ecuador reveló que los adultos mayores que tienen una red social amplia y diversa reportan mayores niveles de satisfacción con la vida.
En tercer lugar, tenemos que garantizar el cuidado de la seguridad de nuestros padres, asegurándonos de que su entorno sea adecuado para sus necesidades y preferencias, y de que cuenten con los recursos y apoyos necesarios para realizar sus actividades cotidianas con autonomía y dignidad. Para ello, podemos adaptar su vivienda para evitar caídas o accidentes domésticos, facilitarles el acceso a los servicios públicos y privados que requieran, proporcionarles ayudas técnicas o dispositivos de teleasistencia si fuera necesario, y contratar servicios profesionales de atención domiciliaria o residencial si no podemos atenderles nosotros mismos. En Ecuador, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) ofrece varios programas dirigidos a las personas adultas mayores en situación de dependencia funcional o vulnerabilidad social.
En conclusión, como hijos podemos tomar muchas acciones para favorecer un envejecimiento sano de nuestros padres, cuidando de su salud física, mental y emocional, y de su seguridad. De esta forma, no solo mejoraremos su calidad de vida, sino también la nuestra propia y la de toda la familia.
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